42. Ellas

           

  • Bendito sea tu vientre, hermosa mía,
  •  que parió dos hijas fuertes, como palomas bravías.
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  •  Que buscan en esta tierra agua y comida,  pero mirando al cielo,
  •  porque saben que este sueño empezó allí un día y allí han de volver.
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  •  Con paciencia y con amor y mucha sabiduría
  •  tu sembraste esperanza en sus almas de niñas .
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  •  Y tu simiente y los años hicieron maravillas;
  •  lo sé porque hoy te veo en sus ojos y en sus vidas-.
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  •  Tienen tus mismas virtudes y algún defectillo mío.
  •  Recuerdo solo lo bueno, ya sabes que de lo demás me olvido
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  •  Y le doy gracias a Dios por el regalo que ha sido ser su padre en la
  •  tierra y tu marido 
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  • Junio 2012

 

 

 

 

 

 

 

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