- Eres la mujer que, con su “savoir fair”,
 - le quita la hiel y las espinas a los días,
 - que me enseñó a gozar con las cosas sencillas.
 - El alma que conoce los secretos de mi alma,
 - la brújula que en la duda me guía,
 - la boca que susurra cuando ama:
 - “no olvides que te quiero y te querré toda la vida.”
 - Y a cambio de ese amor sin condiciones
 - me pides que te diga en un bolero,
 - tú que me conoces como nadie amor mío, si te quiero.
 - ¡Ay mujer!, nombre de flor, luz en mis sombras
 - ¡Qué fácil me lo pones corazón!,
 - yo solo quiero ir donde me lleves tú.
 
- Mañana, si hay mañana y pierdo la cabeza,
 - y no sé quien soy ni quien he sido,
 - ni tan siquiera sé si alguna vez nos conocimos...
 - Mírame a los ojos, cógeme las manos y,
 - hablándome al oído despacito,
 - recuérdame esta historia que hoy te escribo,
 - dime que yo fui él, tu ella y que nos quisimos;
 - Y que a cambio de tu amor sin condiciones
 - hice para ti este bolero,
 - para ti que me conoces como nadie
 - y que sabes lo mucho que te quiero…
 
- ¡Ay mujer!, nombre de flor, luz en mis sombras
 - ¡Qué fácil me lo pones corazón!,
 - yo solo quiero ir donde me lleves tú.
 
Septiembre 2010