- Dicen, los que la conocieron,
- que era tierna como el beso de amor de un colegial
- y que le dijo si, de blanco y ante un juez,
- al que por primera vez le bajó la luna para jugar
- ... y que se fue a vivir con él.
- Y dicen que la rutina, los celos y otras cosas,
- que solo el cielo y ellos saben si es verdad,
- cambiaron los días de vino y rosas,
- de amor y de caricias por ausencia y soledad
- Y por algún mal gesto de él, que ella no quiso ver,
- o por no tenerla prefirió justificar…
- Y dicen, que no fueron solo palabras
- lo que hubo aquella noche.
- No se clavan los reproches en la quinta intercostal,
- ni las ganas de llorar dejan la cara marcada;
- que la boca desdentada no fue de tanto besar.
- Y le pidió perdón y le volvió a jurar:
- no volverá a pasar y ella le creyó.
- Y le volvió a gritar y le volvió a mentir
- y el muy canalla le volvió a pegar.
- ¡Maldita sea su estampa!- dicen que decía-
- cuando la policía le encontró
- desnuda y sola, llorando en un rincón,
- en un charco de serrín como una muñeca rota.
- Seis semanas después,
- con cicatrices en la piel
- y el alma en carne viva dejó el hospital
- y una nota para él en que decía :
- “Si eres hombre búscame que me vas a encontrar,
- ¡te lo juro por mi vida!”…
- Y dicen, que no fueron solo palabras…
- Agosto 2010